Un sábado, cuando va muriendo el día...
Las luces de la ciudad...me gusta el contraste de los colores. Mi mente estaba languida de ideas, hasta que se me ocurrió que mejor era observar lo que estaba pasando frente a mí.Como me gustaría capturar este momento para hacerlo interminable, que la tranquilidad que se percibe no dejara de estar nunca...
Reconfortante es estar en una ciudad tranquila sin mayores problemas y conflictos...que nunca...
Alguna vez mi patria estuvo al borde de una declaratoria formal de guerra, recuerdo que mi papá nos hizo alistar una maleta con enlatados y ropa. Una sola maleta para todos (papá, mamá y 4 pequeños). Me parecía una aventura, él nos advertía que en caso de tener que huir nos dirigiríamos a las montañas. Como película pasaba nuestra imagen entre arboles y subidas empinadas. Escuchaba a los mayores comentar de un posible ataque que nos haría perder la soberanía y las vidas.
Después, ya sentía la angustia de mi padre esperando que el momento no llegara nunca. Felizmente, no llego.
La maleta fue perdiendo la comida y la ropa, de a poco.
No hay como la paz, y los conflictos solo para las historias de los siglos pasados.
4 comentarios:
Lamentablemente, haz ciudades donde las guerras no son del siglo pasado. Y hay ciudades que parecieran no estar en guerra sin embargo lo están. En esas ciudades por lo general las guerras son lejos, en otros mundos pero en realidad ellas han sido las primeras en apretar el gatillo y enviar a sus hombres y mujeres al frente.
Hermosisimas las fotos.
hay ciudades que son bonitas de pasear, hay ciudades que mas vale que no pasees.
saludos desde Reus de tus amigos
oh...
un nudo en mi estómago...
sólo imaginar el vivir aquella tormenta...
que angustía, que tristeza... y no menos impotencia.
Te sigo leyendo,
Saludos,
Alma.
Paz como quisiera tenerte a mi lado y poder sentirte, me pregunto si necesariamente uno debe sentirla por solo unos minutos, me gustaria tenerla por el resto de mis días.
Un beso y abrazo
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