miércoles, 20 de febrero de 2008

Dejándome sorprender por lo inesperado

Desde que leí esta frase, se ha convertido en mi máxima diaria…casi como la oración de los angelitos por la mañana. Hay días que olvido sintonizarme en esta onda, pero esos que vienen cargados de situaciones inesperadas se vuelven altamente especiales.

Y, es que lo inesperado se ha vuelto un ingrediente esencial en mi vida en los últimos meses….es como estar viendo una novela con un excelente argumento donde el autor te sorprende con giros ligeros o con otros que te marean.

Dejar la puerta de mi vida y de mi mente a los cambios súbitos ha sido realmente terapéutico, más el recibir cada capitulo como espectador y no como protagonista.
No es que este poniéndome detrás de la barda para ver los toros…estoy ahí en el ruedo, con el polvo en mi cara…solo que ahora lo disfruto.

De coles a relojes… el horno.

Sacar a la luz esas ideas, sentimientos… expresarlos a la otra parte involucrada… ha sido una buena solución a esas cosas que tenia guardadas horneándose…ya olían a quemado.

Se fueron… se esfumaron… se superaron sin ser desleal a su recuerdo…

Lejos las veo como se quedan en el camino… como quien deja las viejas estaciones de tren…Huigra…solo de paso. Pensando que eran la gran estación…se transformaron en un ladrillo más de la pared que estoy construyendo.

Salí de Huigra… para llegar hasta la pampa…al sur…que más parece norte. No sabia que ya el tren estaba en marcha…me sorprendió ver el paisaje en movimiento. Como dijo la Cholita “se ve bien el paisaje, estamos de reconocimiento”

Se ve lejos…lejos…